Día adverso para Carlos Sainz y Lucas Cruz en la segunda etapa del rally
La segunda etapa del rally, con una extensión de casi mil kilómetros cronometrados a lo largo de dos jornadas, resultó ser un desafío considerable para el equipo formado por Carlos Sainz y Lucas Cruz a bordo del Ford Raptor T1+. Después de un prometedor inicio de jornada, un desafortunado incidente en una duna cortada complicó severamente su desempeño.
El vuelco del vehículo, provocado por las complejidades del terreno, dejó el Ford considerablemente dañado. La ayuda oportuna de su compañero de equipo Mitchell Guthrie permitió que Sainz y Cruz reanudaran la marcha, aunque con notables dificultades. Entre los desperfectos, destacó la rotura del cristal delantero, que redujo la visibilidad de manera crítica, y el sobrecalentamiento del motor, que amenazó con comprometer su progreso.
Un campamento como punto de respiro
A pesar de los contratiempos, el equipo logró llegar al campamento, donde pasarían la noche antes de continuar con la segunda parte de la etapa al día siguiente. La jornada, sin embargo, ya había dejado un saldo negativo, con una pérdida de casi una hora respecto a sus rivales. Además del cristal roto y el motor sobrecalentado, un pinchazo sumó otra adversidad al complicado día.
Declaraciones de Carlos Sainz
El piloto madrileño describió las dificultades enfrentadas con notable frustración: “Hoy ha sido una etapa bastante complicada. Después de volcar en una duna cortada, pudimos continuar gracias a la ayuda de nuestro compañero Mitchell. Pero luego tuvimos más problemas, el coche se calentaba, no veíamos bien por el cristal roto y pinchamos. El día fue de mal en peor”.
Próximo reto en el horizonte
El equipo afronta el desafío de reparar el vehículo en las horas restantes antes de reanudar la competición. Aunque las dificultades del día fueron significativas, la capacidad de resistencia y adaptación será clave para mantener sus aspiraciones en este exigente rally.
