JORDI GENÉ Y EL SEAT ATECA MARATHON: ALUMNOS AVENTAJADOS DEL DESIERTO

Escrito el 15/09/2025
J. Villayandre

De los circuitos más exigentes del mundo a las pistas más impredecibles del desierto marroquí. Así es el viaje que está viviendo Jordi Gené, uno de los pilotos más reconocidos del automovilismo español que compite en la tercera edición del RallyeClassic África junto al equipo SEAT Históricos. Entre dunas, oueds y pistas rápidas, Gené afronta un reto que nada tiene que ver con los turismos o prototipos en los que forjó su carrera.

“En un circuito todo sucede en décimas de segundo; aquí todo es más lento, pero la presión es igual o mayor”, explica. Acostumbrado a que su trabajo terminara cuando se bajaba del coche, ahora se encuentra montando gatos hidráulicos, cambiando ruedas y asegurando herramientas en el maletero: “Son detalles que parecen menores, pero con el cronómetro detrás se convierten en decisivos. Las etapas son non stop”.

De Le Mans al desierto marroquí
El palmarés de Gené es tan amplio como diverso: segundo en el Gran Premio de Macao de Fórmula 3 en 1991, campeón de España de Turismos en 1996, vencedor de su categoría en las 24 Horas de Le Mans en 2001, campeón del mundo con SEAT en turismos en 2008 y 2009, y protagonista en el desarrollo de modelos de calle y competición para SEAT y CUPRA. Pero lejos de conformarse con lo logrado, Gené sigue buscando desafíos. Tras su debut en el RallyeClassic África en 2024, regresa este año con más ambición: “El desierto no es mi hábitat natural, pero me encantó la experiencia y quiero mejorar. Tengo a mi derecha a Arán Sol, que no solo me guía con el roadbook, sino que me recuerda cuándo debo frenar para cumplir con el reglamento de regularidad. Este tipo de carrera no se parece en nada a lo que he hecho antes, pero me obliga a seguir aprendiendo”.

Etapa 1ª a 3ª: Del primer contacto con el desierto al desafío del Erg Chebbi
El 13 de septiembre arrancó la aventura con 200 kilómetros de suelo duro, navegación y varios oueds arenosos. Un escenario perfecto para entender la importancia de la comunicación piloto-copiloto. “Aquí el que sabe es el copiloto, yo debo confiar plenamente en sus indicaciones. Un error en la comunicación puede significar perder la pista y, con ella, toda la carrera”, reconoce Gené, que va descubriendo cómo cada viñeta del roadbook es casi tan importante como la trazada de una curva en circuito. La segunda etapa, de 211 kilómetros, combinó pistas duras y onduladas con un final vibrante cerca de la Cité d’Orion, seguido de pequeñas dunas y tramos rápidos. Allí, el Ateca Marathon demostró su robustez. “El SEAT Ateca aguanta increíblemente bien en todas las superficies. No es un prototipo con recorridos de suspensión extremos, pero responde de forma sensacional. La clave es dosificar y no olvidar que la carrera dura cinco días”, explica el piloto, que reconoce en el equipo de SEAT Históricos el verdadero secreto del éxito: “La profesionalidad del grupo es lo que nos permite competir al máximo nivel y estar en el Top Ten frente a coches más potentes”. El tercer día llegó uno de los puntos culminantes: 170 kilómetros que desembocaban en las dunas del Erg Chebbi, en Merzouga. Tras superar tramos de navegación y un río de arena interminable, los participantes encararon la montaña dorada del rally. Aquí, Gené aprovechó su experiencia previa en moto de enduro: “En moto es más fácil surfear la arena, pero en coche todo se complica. Si llegas lento te quedas atascado, si llegas rápido puedes volar. La sensación de deslizarte sigue siendo mágica, aunque con un punto más de estrés”.

El SEAT Ateca TDI 150 “Marathon”, el mejor de su clase
“Queremos hacerlo bien por el equipo SEAT Históricos. Es una pasión y es también un trabajo, así que es una gran suerte para todos los implicados y más para los pilotos. Siempre que se sale a carrera se quiere ganar, pero el objetivo principal no es ese, es mostrar al mundo la magnífica colección y el legado de SEAT. Y luego competimos respetando siempre las normas y ayudando a nuestros rivales si nos necesitan, que en mitad del desierto hay momentos complicados. Pero desde luego el gran protagonista, al margen del imponente SEAT Toledo, es el SEAT ATECA TDI 150 CV. Tiene mucho mérito, es un coche sensacional que va perfecto gracias a una pequeña, aunque muy buena preparación. Solo con esto, el coche nos permite a tres pilotos que no somos expertos en el desierto, estar en el Top Ten frente a vehículos mucho más potentes y más preparados. Realmente creo que el saber hacer de la gente de SEAT Históricos es lo que realmente marca la diferencia y hace posible estos resultados”.

Un equipo fuera de su zona de confort
“Pasamos de un entorno controlado a la inmensidad del desierto”, resume Gené, quien ve en esta experiencia una forma de seguir creciendo. Para él, no se trata solo de competir, sino de aprender, de representar a SEAT y de disfrutar de una disciplina en la que la regularidad y el trabajo en equipo cuentan tanto como la velocidad. Con las tres primeras etapas ya superadas, el reto apenas ha hecho más que empezar. Las dos últimas jornadas pondrán a prueba no solo la resistencia de los SEAT Ateca Marathon, sino también la concentración de sus tripulaciones: una etapa maratón que obligará a dosificar fuerzas y mecánica, y el paso por uno de los cordones de dunas más temidos de Marruecos.
Gené lo tiene claro: “En circuito estás solo, aquí dependes del copiloto, del coche y del equipo. Todo tiene que encajar. La aventura es dura, pero también tremendamente gratificante”.
El piloto de Sabadell, acostumbrado a los podios internacionales, se enfrenta ahora a un reto diferente: conquistar el desierto no con velocidad pura, sino con regularidad, estrategia y compenetración. Una lección de adaptación que refleja, al mismo tiempo, el espíritu de SEAT Históricos: unir pasado, presente y futuro en cada kilómetro recorrido.





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